1 may 2011

El poder de los niños en las compras en Uruguay

Ninguno de ellos trabaja pero, sin embargo, tienen los bolsillos llenos. Los niños uruguayos de entre 6 y 14 años reciben (y gastan) por año unos US$ 30 millones, que utilizan para hacer "sus compras", según datos de una reciente investigación local.

El padre, la madre, los abuelos, tíos y padrinos, entre otros familiares, son los que conforman la lista de proveedores de dinero de estos niños, logrando que el segmento llegue a acumular unos US$ 2,4 millones por mes para gastar a su antojo.De los que reciben una mensualidad, en promedio, esta alcanza los $ 300

Tales datos se desprenden de una investigación encabeza- da por el psicólogo Alejandro Weinstein, analista de tendencias de comportamiento y director de la consultora CIM & Asociados (que trabaja en el área de mercadotecnia y capital humano) y el economista Alberto González, docente de metodología de la investigación de la Universidad Católica.

Según el estudio, además del dinero "vivo" que estos pequeños llevan encima para gastar (ver recuadro), también inciden de forma significativa en la decisión de compra de los padres en varias categorías, como la elección del celular (tanto si es para él como para sus progenitores), el tipo de conexión a Internet o el modelo de televisor.

En el rubro de bebidas y alimentos el grado de influencia que genera el niño en los padres es todavía más fuerte, no sólo en la frecuencia de compra, sino también en la elección de marca.

Por ejemplo, tres de cada cuatro niños influyen en la compra del refresco (bebidas colas y saborizadas, sin incluir jugos) del hogar. "El chico influye fuertemente en lo que le gusta comer, en su propia alimentación. Y los padres negocian el gusto de sus hijos a manos de la ingesta", asegura Weinstein, entre otras conclusiones. A medida que la edad del niño aumenta también crece el grado de influencia en la compra de los padres.

En Uruguay existen 365.000 niños que tienen entre 6 y 14 años de edad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el promedio de niños por hogar, en esa franja de edad es de 1,5.

La investigación se concentró en los hogares con niños de nivel socio-económico "Medio Bajo", "Medio", "Medio Alto" y "Alto", estimados con un piso de ingresos de $ 10.500 por hogar (ver detalle en recuadro).

Discriminado de esta forma, el relevamiento comprendió la realidad de unos 290.000 niños de entre 6 y 14 años, que son los que reciben US$ 29 millones anuales para su gasto directo, según la investigación.

Si se suman los restantes 70.000 niños de estrato bajo la cifra superaría los US$ 30 millones ya que, según la proyección de los autores, esta franja movería aproximadamente US$ 1,5 millones.

"Acá no hay cheque diferido, conformes, tarjetas de crédito. Es dinero vivo. Y tampoco estamos hablando de lo que el chico lleva puesto o tiene en su intelecto, que también forma parte de un gasto importante de los padres. Este monto es lo que el chico tiene para su manejo personal y en el momento", aclaró Alejandro Weinstein, autor de la investigación.

DINERO VIVO. De esos US$ 29 millones, un total de US$ 4 millones proviene de dinero entregado al niño como concepto de "regalo", principalmente en las fechas de cumpleaños, Día del Niño o Fin de Año. Los restantes US$ 25 millones les llega como mensualidad o "negociándolo" con sus principales proveedores, es decir padres o abuelos.

Precisamente, de los 290.000 niños de entre 6 y 14 años el 49% (142.100 niños) recibe plata religiosamente como parte de una mensualidad. La otra mitad, en cambio, la consigue siempre a través de una "negociación" con sus padres o abuelos. De los que reciben con regularidad, en promedio, perciben unos $ 300.

En tanto si se discrimina por nivel socioeconómico la mensualidad promedio de los que reciben dinero con frecuencia varía drásticamente. Por ejemplo, el niño de nivel alto y medio alto (cuyo ingreso por hogar ronda los $ 30.000) recibe cuatro veces más cantidad de dinero que el niño del nivel medio bajo (con ingreso de $ 10.500 en el hogar).

Concretamente, sólo los niños de nivel alto reciben el 43% de los US$ 25 millones anuales, es decir poco más de US$ 10,7 millones. Los niños de nivel socioeconómico medio alto se quedan con US$ 7,2 millones (29%), el nivel medio con US$ 4,7 millones (19%) y los niños de hogares de nivel socioeconómico medio bajo disponen de US$ 2,2 millones del total de la torta.

En promedio, mientras un niño de nivel socioeconómico alto y medio alto recibe más de $ 400 por mes, esta cifra baja a $ 100 en los niños de hogares de nivel medio bajo.

QUIÉN LOS ABASTECE. Son varias las almas bondadosas que dan dinero a estos niños para que gasten sin discreción. La madre es la figura que aparece como la principal proveedora. Según la investigación, tres de cada diez madres (30%) declara dar plata a sus hijos, mientras alrededor del 23% de los niños recibe dinero del padre.

Atrás de las figuras paternas, pero con protagonismo, surgen los abuelos, ya que según surge de la investigación uno de cada cinco niños recibe dinero de sus abuelos. Padrinos, tíos, tutores o amigos de la familia aparecen también engrosando la lista de proveedores.

Una figura importante a la hora de dar dinero al niño (en promedio da más dinero que el resto) es el padre o madre afuera del hogar. "Son pocos los que dan en forma regular, pero dan mucho", afirmó Alberto González, que aclara que se trata de dinero que da directamente al niño y no de pensión alimenticia u otras obligaciones.

Para Weinstein tal dato que se desprende del estudio tiene una explicación de corte psicológico. "En realidad lo que el padre o la madre están haciendo es pagando la angustia, porque la separación connota duelo por mil historias. En realidad, papá te quiere mucho, pero como no puede estar contigo, tomá $ 1.000", grafica el psicólogo.

En promedio, de estos US$ 2,4 millones que reciben estos niños, la madre aporta el 37%, el padre el 30% y los abuelos poco más de 15%. El restante porcentaje se lo reparten entre otros actores. "La madre es un vehículo de la masa de dinero que maneja el hogar", explican los autores.

Para los investigadores estos datos reflejan la dualidad del concepto que aplican muchos padres cuando afirman no poder con el consumo de sus hijos. "El chico el insumo no lo roba, alguien se lo da. Hablar de que no puedo con el consumo de mi hijo es una manera de expresión que no encaja. ¿Cómo es que no se puede con el consumo de US$ 29 millones que alguien se lo da al niño? ¿Quién se los da? Su entorno familiar", expresa Weinstein.

Otro de los datos relevantes de la investigación es que el varón recibe más dinero que la nena, lo que encierra un significado cultural, según los autores. Y esto se hace más fuerte cuando de la encuesta surge que tanto el padre como la madre tienen esta conducta diferente frente a los hijos, según el sexo.

"Es un código cultural. Si desde niño recibe más dinero el varón connota un mayor nivel de independencia que la niña. Acá surge la interrogante de en qué medida determinados comportamientos culturales se empiezan a fijar desde chicos", remató González.

Los más de US$ 29 millones en poder de los niños se gastan en golosinas, alfajores, helados, galletitas, variedades de refrescos. También aparecen con fuerza las actividades de ocio y tiempo libre, como una salida al cine o al bowling.

"Los chicos hoy entre 8 y 14 años ya salen en grupos. Un padre los deja en la puerta de un Shopping y ellos se manejan con sus pares, y con el dinero que les dieron van al cine, comen un helado, se compran un chupetín", grafica González. Los insumos de computadora, y la telefonía celular ganaron terreno en sus gastos.

En qué se les va la plata

Básicamente, los chicos se gastan este dinero en rubros vinculados a los macrosnacks; desde golosinas, alfajores, chocolates, helados, galletitas, papitas fritas, además de variedad de refrescos.

Las actividades de entretenimiento y ocio, como el cine o el bowling también están presentes en el gasto del pequeño.

Compra de insumos vinculados a la computación, principalmente videojuegos, también tienen fuerte presencia en el gasto del dinero que reciben los niños.

Un fenómeno que detectan los realizadores del estudio es la aparición de la telefonía celular, como un rubro más donde los niños empiezan a depositar allí sus pesos que reciben.

"Como operan con pensamiento concreto lo gastan en lo que les gusta, en todo aquello que los gratifica", afirman.

Las cifras

US$ 4: Es el monto de dinero que reciben los niños de entre 6 y 14 años sólo por concepto de "regalos" en fechas especiales.

37% es lo que aporta la madre en el total de los US$ 2,4 millones mensuales que reciben los niños para que gasten sin discreción.

En el rubro comida todo se negocia

Para el estudio se relevaron once categorías como refrescos, jugos, bizcochos, cereales, galletas dulces, saladas y alfajores, entre otras tantas. La principal conclusión es que los niños tienen un gran poder de influencia en la compra de los rubros alimentación y bebidas.

Por ejemplo, casi la mitad de los padres (43%) declara que el niño les influencia "mucho" en la compra de refrescos, lo que supone una negociación.

"La negociación se da mucho en el alimento. Como yo madre o padre no estoy en casa porque trabajo mi principal preocupación es que tú, niño, comas. Y en nombre de que tú comas negocio qué querés comer. Por eso tiene un peso tan importante en la ingesta familiar la comida `saca apuros`. Nunca falta en un freezer un pancho, una hamburguesa, una empanada. Y además es la manera que el padre tiene de que el niño coma. Come un pancho sí, pero lo acompaña con puré", afirman los autores.

Encuesta A NIVEL NACIONAL

Para la investigación de campo, realizada en marzo y abril de este año, se tomó una muestra de 800 hogares y 1.200 niños encuestados de entre 6 y 14 años.

Las encuestas fueron realizadas a través de los padres, por una cuestión legal. Se hicieron a nivel nacional, en localidades de más de 5.000 habitantes.

Se encuestaron hogares de nivel socio-económico Medio Bajo, Medio, Medio Alto y Alto.

En la encuesta de campo no se indagó directamente por el ingreso de los hogares.

El mismo se estimó a partir de un conjunto de indicadores de acceso a bienes del hogar, ocupación y educación, que fueron comparados con indicadores similares disponibles en los datos del INE. A partir de dichos indicadores se construyó un índice de nivel socio-económico.

De esta manera, los hogares que constituyen la muestra, se encuentran básicamente en la franja del 80% de los hogares con un ingreso superior, cuyo piso base de ingresos se aproxima a los $ 10.500 mensuales.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/100926/pciuda-517786/ciudades/Ninos-influyen-y-deciden-que-se-compra/

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